Los Científicos

Algo que caracteriza a los investigadores que participan en los inventarios rápidos es que todos aman lo que hacen. Hay profesionales que llevan más de 30 años explorando e investigando las selvas tropicales de Latinoamérica y otros más jóvenes que dentro de poco serán los nuevos expertos en su campo. Para ellos, es normal que el día comience a las 4:30 am para grabar el coro de las aves al amanecer; caminar 12 kilómetros diarios buscando todas las plantas fértiles que tengan frutos o flores; meterse a cualquier charco, río, quebrada o pantano para colectar peces de todos los tamaños, formas y colores; salir del campamento con la esperanza de encontrarse con el jaguar o con una manada de huanganas; trabajar en pueblos remotos donde participan de la vida diaria de las familias, visitan chacras, organizan reuniones y colaboran en las mingas comunitarias; buscar ranas, lagartijas y serpientes hasta las 2 de la mañana. Ellos viven por su profesión y su dedicación es admirable.

Trabajando en conjunto y después de 3 semanas de investigación en campo, su amplia y diversa experiencia les permite entender lo que pasa en una región determinada de la Amazonía, inventariar miles de de especies de fauna y flora, y aprender cómo viven las comunidades locales. Todos están trabajando por conservar la gran diversidad biológica de la Amazonía y por el futuro sostenible de la región. Ser parte del equipo de los inventarios rápidos les permite cumplir este objetivo y seguir creciendo como científicos.

Conoce más del equipo que estudia peces, anfibios y reptiles, plantas, mamíferos, aves, geología e hidrología o del equipo social.

 

IR 25: Ere, Campuya y Algodón

El Inventario Rápido 25 exploró las cuencas de los ríos Ere, Campuya y el alto Algodón. El viaje de sus aguas comienza cerca de la frontera con Ecuador. De ahí recorren exuberantes bosques que crecen en suelos pobres en nutrientes. Luego de cientos de kilómetros, el Ere, el Campuya y el Algodón finalmente vierten sus aguas en la parte media del río Putumayo, sobre la frontera entre Perú y Colombia. Siguiendo su recorrido al mar, en Brasil se unen al gran río Amazonas que finalmente termina su recorrido en el Océano Atlántico, en la costa este del continente.

La cuenca Ere-Campuya-Algodón era un lugar inexplorado por científicos naturales hasta ahora, sin estudios que permitan entender el panorama biológico de la región. Sin embargo, por cientos de años, las comunidades locales han aprovechado diferentes recursos naturales de la zona para abastecer la demanda de varias épocas de bonanza económica (caucho, madera, pieles y coca).

En octubre de 2012, un equipo multidisciplinario de investigadores llevó a cabo el Inventario Rápido 25 en el área que abarcan las cuencas de los ríos Ere, Campuya y alto Algodón. Esta corresponde a 896,384 hectáreas y su tamaño es comparable con la superficie del lago Titicaca o el doble del área de la Región de Tumbes en Perú. La protección de Ere-Campuya-Algodón se sumaría a un gran corredor de áreas protegidas y tierras indígenas a lo largo del río Putumayo, en las fronteras de Perú, Colombia y Ecuador. Este mosaico de conservación que suma más de 20 millones de hectáreas se extiende desde Yasuní y Cuyabeno en Ecuador, pasando por docenas de áreas protegidas peruanas y colombianas a ambos lados del Putumayo, hasta Amacayacu en Colombia.

¿Qué son los Inventarios Rápidos?

  • La mayoría de las veces es necesario llegar en helicóptero al lugar donde el grupo de investigadores va a realizar el inventario rápido.

Los Inventarios Rápidos son expediciones científicas a lugares remotos con potencial excepcional para la conservación. Nuestro equipo incluye biólogos expertos especializados en diferentes grupos de organismos (plantas, aves, mamíferos, reptiles, anfibios y peces), un geólogo que estudia la geomorfología, hidrología y los suelos para entender la historia del paisaje, y científicos sociales que identifican las fortalezas sociales y culturales, el uso de recursos naturales y las aspiraciones de las comunidades locales.

Después de 3 semanas de trabajar incansablemente en la selva y en las comunidades, el grupo de científicos se reúne para analizar los datos y presentar sus resultados. Primero se presentan a las comunidades locales y luego a las autoridades competentes regionales y nacionales. El resultado final son recomendaciones puntuales de conservación para la zona y para asegurar la calidad de vida en las comunidades.

Desde 1999, los inventarios rápidos han permitido descubrir más de 150 especies nuevas para la ciencia y han establecido el fundamento científico para proteger más de 8.5 millones de hectáreas de bosques amazónicos.